viernes, 20 de junio de 2014

Capítulo 5 de Dragonstones 1





REUNIÓN EN LONGORIA


  Al mismo tiempo que la Lahmia dejó la fortaleza de Ízmer… cerca de Longoria, nuestro grupo había cruzado el río; y sobre media mañana, llegó a la ciudad.

Lo primero que se encontraron fue el foso que la rodeaba. Detrás, había una enorme muralla de treinta metros de altura por tres de anchura. Ésta en su parte superior, tenía una calzada que estaba vigilada por soldados longorianos; había tanto arqueros como arcabuceros. Además, tenían cañones para utilizarlos en caso de guerra.

En la ciudad había cuatro entradas, una para cada punto cardinal. A ellas, se accedía a través de los distintos puentes que había sobre el foso.

Solían estar siempre abiertas, y al igual que los puentes, siempre estaban disponibles para cruzarlas. Sólo se impedía el paso, en caso de ataque. Mientras, les bastaba con los vigilantes de encima de la muralla y de los guardias que había en cada puerta.
El grupo iba a entrar, por la entrada del norte. Enseguida, los pararon y les preguntaron:
 -¿Quiénes sois, y a qué venís a la ciudad?
 -Somos el grupo que espera el rey. Traemos La Piedra Multicolor -respondió Mialee.
 -Está bien, podéis pasar -respondieron los guardias, que anteriormente habían recibido ordenes de permitirles el paso.



La princesa elfa entendió que la paloma blanca que enviaron con el mensaje, había logrado llegar a Longoria; así, que estaban preparados para su llegada.

Todo el grupo cruzó el puente en sus unicornios.
Los tres chicos, que nunca habían visto Longoria, estaban intrigados.


Tanto la ciudad como la muralla, vistas desde el cielo, tenían forma redonda.
Estaba organizada, de tal forma: en la parte cercana a la muralla, vivía el pueblo, la gente más humilde y pobre de la ciudad… que vivían en casas de piedra con tejados de teja. Las casas del pueblo estaban divididas en cuatro zonas, mediante las calzadas, que venían cada una de una entrada distinta. Todas llegaban hasta el mismo palacio, en el centro de la ciudad.
Estaban: la zona noroeste, la nordeste, la suroeste, y la sureste. Y cada zona era atravesada por dos calles horizontales y tres verticales.
Las primeras salían a las calzadas, y las últimas a otra situada, entre la zona del pueblo y la de la nobleza. Ésta era circular y tenía cuatro grandes cruces. Cada uno estaba situado, dónde la calzada era atravesada por las grandes  que provenían de las entradas.


La zona de la nobleza estaba organizada también en cuatro zonas. Pero, se diferenciaba de la del pueblo, en que… en cada una de las zonas, no había tres calles verticales, sino, una sola.
Tras la zona de la nobleza había una última calzada circular, de igual modo que la anterior. La separaba del gran palacio; situado en el centro de la ciudad.

En la zona donde vivía el pueblo y dónde las casas eran de piedra y con tejados de teja… había: posadas, herrerías, armerías, panaderías, sastrerías, carpinterías etc.
También estaba el gran mercado, dónde venían gentes de todo el continente, a hacer sus compras.

En la zona de la nobleza, las casas estaban hechas de lo mismo, pero eran más altas, y los edificios que eran aún más grandes que las casas, estaban hechos de mármol.
En esta zona estaban: las universidades, las bibliotecas (la principal: La Gran Biblioteca de Longoria), La Gran Universidad de la Hechicería, y un lugar dónde todo el que sabía algún tipo de magia, compraba lo que necesitaba… Además, tenía una de las cuatro zonas, dedicada al ejército. Allí, estaban los establos de los caballos, y se guardaban: las armas, las armaduras; y todo el material bélico.

Tras la zona del pueblo y de la nobleza, en el centro de la ciudad, estaba el palacio… que era enorme y se elevaba hacia el cielo; con innumerables torres altísimas. Éstas eran de mármol y cuarzo blanco y rosa. Tenían gran cantidad de ventanas, pero en cambio, no tenían esquinas… y acababan en cúpulas.
En él vivían: los reyes, el príncipe, sus consejeros, sus sirvientes…
…Y en él estaba: la sala del trono, la sala de fiestas, las habitaciones reales y muchas otras, y una biblioteca, dónde había todo tipo de libros que hablaban de cada una de las razas que habitaban Shakával.
También, había una catedral y una sala de reuniones, dónde el consejo debatía los temas que importaban a la ciudad de Longoria.




      Al entrar en la ciudad, el grupo tuvo que dejar los unicornios y marchar a pie. Los animales se quedaron a merced de los guardias, que los pusieron a buen recaudo. 
El grupo pudo comprobar que a Longoria venían gentes de todo el continente; por lo que había varias razas humanoides.




La gente los observaba y se murmuraban entre ellos al oído… algo normal, porque el grupo estaba formado por: dos elfos y tres chicos humanos, vestidos de forma un tanto extraña. Además, a algunos les había llegado el rumor de la aparición de La Piedra Multicolor, al mismo tiempo, que los niños de otro mundo.


      Paseando por la ciudad, llegaron a un mercadillo, donde había: buhoneros, comerciantes, videntes, ladrones, mercaderes…
En cuanto a criaturas humanoides… había humanos de todo tipo: árabes, nórdicos, orientales, mundanos, y nómadas de la estepa… Había enanos, tanto nórdicos como zenorianos; elfos silvanos y marinos; faunos… y algunas de las razas menores de Shakával, como: kenders, halflings y hobbits.

Entre el barullo del mercado, un muchacho adolescente, algo delgado, y con una estatura de un metro con setenta y siete centímetros, siguió a los chicos.
Llevaba el pelo alborotado y de color castaño.

Por su ropa, se intuía, que no tenía mucho para vivir.

Pasó junto ellos, sin que estos se percatasen. Justo en ese momento, el chico rajó la mochila de Kevin y se llevó algunas cosas, que introdujo en su saquillo. Luego, siguió caminando como si nada hubiera ocurrido. Al instante, Kevin notó que le habían robado. Cuando comprobó qué se habían llevado, supo que le faltaba una navaja… ¡y La Piedra Multicolor!
Los elfos se dieron cuenta enseguida, que el ladrón era el muchacho que acababa de pasar junto a ellos, por su aspecto, y por propia intuición.
Era un ladrón cortabolsas, al que siguieron, pero teniendo cuidado de que este no lo supiera.

El ladrón, que se llamaba Justin, entró en una posada. En ella había humanos que provenían de diversos sitios, y había: enanos, faunos, y algunos kenders.

Justin se paró frente a un tahúr, que había en una mesa en la que se aglutinaba mucha gente. Éste utilizaba tres cubiletes de madera y una semilla; y la gente apostaba donde se ocultaba ésta.
Pasó con sigilo… y también se llevó el saquillo donde el tahúr guardaba el dinero, que hasta ahora había conseguido. Cuando éste se percató, mandó a sus dos matones, tras él.
Justin salió corriendo por el mercadillo, perseguido por éstos, y los elfos y los chicos también.
Dejaron caer todo a su paso, pero antes de armar un gran revuelo,  se metió por una calle para que no acudiera la guardia.
Sus perseguidores consiguieron llegar hasta él, y cuando estaban a punto de darle una paliza, Isilion lanzó de una sola vez tres flechas, que se clavaron muy cerca de los ellos, logrando detenerlos. Consiguió que éstos dejasen en paz al ladrón, a cambio de entregarles el dinero que el muchacho le había robado al tahúr.


Cuando los matones se marcharon, Justin todavía sin aliento por la carrera y el susto, se acercó a los elfos.
 -Gracias, me habéis salvado de una buena paliza, o incluso de la muerte… a pesar de que os robé. Tomad, os devuelvo lo que os quité, y espero que algún día me perdonéis -dijo, verdaderamente arrepentido, y es que… a pesar de su condición, no era mala persona.
 -Te perdonamos porque… por lo que parece, no sabías el valor que tiene lo que nos robaste. Ahora, desaparece antes que nos arrepintamos y te entreguemos a la guardia -le insistió Isilion, en tono serio.
 -Esperad, no tengo a nadie en la vida, y me viene bien algo de compañía. Me gustaría, si queréis, unirme a vosotros y devolveros el favor.
Los elfos le contaron porqué se encontraban allí. Pero Justin se unió a ellos, sin pensárselo lo más mínimo.
Después de tranquilizarse y hablar, siguieron por la calzada que entraron, en dirección a palacio.

Cuando llegaron, les dijeron que esperaran a que se informara de su llegada.
Poco después, les llevaron a la sala de reuniones, dónde llevaban unas horas, charlando y esperando su llegada… pues el tema que debatían los implicaba sobre todo a ellos.
Enseguida, fueron presentados. En la sala, además del Rey Mónckhar y su hijo Ántrax, estaban: el general del ejército longoriano Silvan; en representación de los enanos, acudió un enano nórdico, Gúnnar Ódegaard; de la zona de Barbaria, cerca de Nordia, acudió el bárbaro, Tristan; igualmente, estaban representados los magos, con el mejor mago humano, y líder de los túnicas blancas, Eléndil… al que acompañaba, su aprendiz, Lana; pero, lo que más sorprendió a los tres chicos, fueron otros. Ellos habrían jurado que eran un hombre y una mujer, de no ser por algo que los diferenciaban de los humanos… ¡tenían alas!
Venían de la isla de Cesglan, la isla de los… ¡ángeles! Ella se llamaba Ilene, y él, Láslandriel.
 -Por favor, chico, muéstranos La Piedra Multicolor. Quiero que todos comprueben, que es verdad que esa piedra mágica se encuentra aquí en Shakával -le pidió el Rey Mónckhar, a Kevin.
Éste la sacó de la mochila y se la entregó. El rey la observó, y no la encontró nada especial. No tenía porqué, se mostraba transparente en su estado normal.
El Rey Mónckhar dijo entonces:
 -No parece ser una piedra especial, y menos aún, que contenga tanto poder. Pero como dice la profecía, es transparente, y con ella aparecen tres niños humanos, del mundo al que pertenecen los primeros humanos de Shakával… de los cuales, descendemos.
Yo creo que es la verdadera Piedra Multicolor, y os pido que vosotros también lo creáis.
Dicho esto,  invitó a Kevin, Éric, Susan, Mialee y Justin… a que tomaran asiento.
A continuación, preguntó a Mialee:
 -¿Quién es ese muchacho, de aspecto desaliñado, que os acompaña y está presenciando esta reunión?
Ésta contestó:
 -Es Justin, lo hemos conocido aquí, en tu propia ciudad, cuando acudíamos a esta reunión.
Nos robó la piedra, y lo seguimos. Más tarde, se metió en otro lío y fue perseguido por unos matones. Nosotros le salvamos la vida, y nos devolvió la piedra. Después, quiso acompañarnos. Entonces, lo pusimos al corriente de la situación. Pero siguió insistiendo… Dijo que nos acompañaría siempre, donde quisiera que fuésemos… y aquí está, con nosotros.
Entonces, el Rey Mónckhar dijo:
 -Si ésta es su decisión, así será. A continuación, se dirigió a todos, y muy juiciosamente les dijo:
 -Las fuerzas del mal se están preparando para la guerra. Ellos también sabrán que La Piedra Multicolor está en Shakával. Así que intentarán robarla y conseguir las demás piedras, para tener a sus órdenes a los dragones.
Os pido que protejáis a estos chicos que vienen del mismo mundo que vinieron nuestros antecesores, los primeros humanos. Aquellos que reunieron las piedras y se quedaron en Shakával; y de los cuáles descendemos todas las razas humanas de este mundo. Os pido también, que protejáis La Piedra Multicolor.
Debéis marchar a la isla de Loft, la isla de los altos elfos. Allí, es el único lugar en todo Shakával dónde muestra el paradero de la primera de las Dragonstones, la piedra verde, la de menor poder. Una vez la encontréis, al ponerla en contacto con La Piedra Multicolor, ésta última mostrará el paradero de la siguiente Dragonstone, y así, sucesivamente.


Todos estuvieron de acuerdo con los que les pidió el rey de Longoria; por lo que, seguidamente, se retiraron…
… Luego, por la noche, tuvieron una cena de despedida, tras la cuál, se fueron a dormir.


Ya, por la mañana, vistieron a Kevin, Éric, Susan y Justin, con ropas del ejército longoriano.
A cada uno de ellos, le dieron una espada. Pero aparte, a ella le dieron un arco; a Justin, un cuerno; y a Kevin y Éric, un escudo.
Mialee también cambió sus ropas por las de combatir, propias de su raza y su nobleza.

Poco después, todos estaban en las puertas de palacio… Kevin, Éric, Susan, Isilion y Mialee, en sus unicornios; Silvan, Tristan, Eléndil, Lana y Justin, en caballos. El del bárbaro era más robusto… muy adecuado para él, porque podía soportar su peso; ya que era alto y musculoso.
Gúnnar, el enano, llevaba un pony. Porque el joven unicornio además de ser demasiado pequeño para él, nunca aceptaría a un enano como jinete.
Ilene y Láslandriel no montaban, utilizaban sus alas para volar.



Los reyes y el príncipe se despidieron de ellos y les desearon suerte, al igual que las gentes que había en la ciudad, que se habían aglutinado a ambos lados de la calzada, que llevaba a la salida oeste de la ciudad.
Una vez cruzaron las puertas, pusieron dirección a la ciudad portuaria del reino de Burds. Dónde cogerían un barco para navegar hasta la isla de Loft.




      Por otro lado, los elfos oscuros proseguían su viaje en los barcos negros. Llevaban ya cerca de la mitad del viaje hasta la ciudad de Doeria. En estos momentos, cruzaban las costas de Élengar.



En cambio, los caballeros del caos no lograron llegar hasta Longoria antes que marchase el grupo, como era su intención. Sólo habían conseguido llegar hasta las verdes praderas de los caballos salvajes, situadas entre el bosque iluminado y la aldea de Pars.

Cruzaron a tal velocidad, que asombraron a las manadas de caballos salvajes que pastaban en aquellos prados.

9 comentarios:

  1. Me he sentido como una ciudadana de longoria.

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    1. Me alegro que hayas asimilado la información. No he descrito muy bien las calzadas entre las diferentes zonas de la ciudad, y lo normal era que te hicieras un lío, pero veo que no. Por lo demás, espero que te hayan gustado las aventuras en la ciudad, y los nuevos personajes que han aparecido. ¡Nos leemos!

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  2. Me han gustado mucho los nuevos personajes. Los ángeles me encantan :D

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    1. Gracias. A mí me sucede lo mismo, por eso además de en este libro, aparecen distintos ángeles en otros dos de mis proyectos: "LNO: Luz Neutralidad Oscuridad" y "Proyecto Ángeles y Demonios".

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  3. Pobre Gúnnar... en un pony. No imagino a un bravo guerrero nórdico en un pony. ¡Ja, ja, ja, ja! Me gustaron los nuevos personajes que has incluído y veo que el mal avanza con rapidez... Las cosas se pondrán feas...

    ¡Saludos!

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    1. Jaja Si pobre enano nórdico. Me alegra que te gusten. Y sí, avanza rápido.

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  4. ¡Qué ciudad más interesante! La has descrito muy a conciencia ^^
    Menos mal que ahora tendrán aliados, sino, con los guerreros y los elfos oscuros en contra, ¡no sé cómo se lo iban a hacer!
    Sí que confían rápido en la gente... Aceptar a Justin después de haberles robado la piedra... Aunque también es cierto que no parece ser mala persona :)
    Cada capítulo se pone más interesante. Con ganas de seguir leyendo, a ver qué pasará.
    ¡Un besote! :)

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    1. Sí, quizá me pasase un poco al describir los distintos lugares de la ciudad, pero quería que supieseis exactamente como era, para que pudierais imaginaros las escenas como si las estuviseis viviendo in situ.
      Sí, la balanza entre los dos bandos se equilibra.
      Ya sé que era muy precipitada, y no creíble la confianza en Justin, pero necesitaba que se uniera desde el principio un personaje como Justin que le aportara a la historia cosas que no le aportarían ninguno de los otros personajes.
      Gracias.
      Saludos. Besitos.

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    2. A mí ya me está bien que describas las zonas, así es más fácil ubicarse ;)
      Me voy al próximo capítulo :)

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