viernes, 31 de octubre de 2014

Capítulo 22 de Dragonstones 1



Sierpe Dragón


EL BOSQUE DE DRACONIA


Estaban todos a punto de entrar en el bosque de draconia, cuando de pronto, Éric exclamó algo:
-¡Mirad, Kevin, Susan… en el cielo!

Cuando el grupo miró hacia arriba, se llevaron una gran sorpresa. Un enorme dragón rojo volaba por encima de ellos…

-¡No sabía que fueran tan grandes! -comentó Kevin.
-¡Pues, los hay mayores aún! -les hizo saber Isilion.
-Estamos cerca de su territorio. Su hábitat está en una región al sur de este bosque. Y muy cerca de donde nos encontramos, está el cementerio de dragones, un lugar donde las más viejas de estas criaturas van para poder morir en paz, junto a sus antepasados. Pero éste no está aquí por eso… si piensas como uno de ellos, seguro que este bosque es un buen lugar para conseguir comida -explicó Silvan a los muchachos.
-Espero que no nos haya visto -expresó Gúnnar, que no le quitaba la vista al dragón.

Para desgracia del grupo, el enano estaba equivocado. Éste los había visto. Sólo, que esperaba divertirse un poco, antes de atacarlos. Sabía del “miedo al dragón”, y lo aprovechaba, para jugar con ellos. Más tarde, les haría saber que los había visto, y, cuando éstos corriesen hacia el bosque, se lanzaría en picado sobre ellos.

Instantes después, la bestia roja inició su juego. Poco a poco, fue bajando de altitud, y cuando se encontraba lo suficientemente cerca, gritó:
-¡¡¡¡Os he visto!!!! -y dio un fuerte rugido.


El grupo, que lo había visto descender, temió lo peor. Y, eso mismo, fue lo que sucedió. El dragón les hizo saber que los había descubierto.

Silvan gritó:
-¡Todos hacia el bosque! -y, corriendo a toda prisa, todos se dirigieron hacia él.

El dragón se lanzó en picado, tras ellos, y a continuación, exhaló una gran llamarada de fuego. Ésta, casi alcanzó a Gúnnar, que marchaba el último, y a Alan, que iba justo delante.
Al notar el fuego cerca de ellos, cambiaron el ritmo, y hasta lograron adelantar a alguno de los demás.

Al fin, consiguieron alcanzar el bosque. Allí estarían a salvo, pues los árboles eran tan altos y espesos, que los perdería; ya que debido a su gran tamaño, no podía entrar.
Su única posibilidad era incendiar algunos árboles. Pero, no le serviría de mucho, porque ellos seguirían avanzando entre los demás. Y como él no podría distinguirlos, debido al espesor del bosque… tendría que incendiarlo todo. Y no merecía la pena. De modo, que tuvo que darse por vencido.

El grupo siguió corriendo por el bosque… y no pararon hasta que se sintieron a salvo.

-¡Por qué poco nos hemos salvado! -exclamó Éric.
-Sí. Estuvo muy cerca -dijo Justin.
Decírnoslo a mi y a Gúnnar, que aún olemos a chamuscado! -expresó Alan, mirando al enano. Y todos comenzaron a reír.

Se encontraban en una zona del bosque, muy verde. Incluso, el suelo y los troncos de los árboles estaban cubiertos de musgo y verdina.

Susan se hallaba sentada sobre una piedra, también llena de éste, cuando… detrás de ella, apareció un enorme ojo que se abría y cerraba. Kevin que lo vió, se quedó observándolo un momento. Cuando tomó consciencia de lo que era, se puso pálido como la nieve. Estaba invadido por el pánico… sin embago, consiguió decirle a Susan:
-Muévete despacio y sin hacer ruido, hacia mi. Y no mires atrás.
-¿Por qué… no puedo hacerlo? -preguntó Susan intrigada. Le parecía misterioso que Kevin le hablara susurrándole, y con aquella expresión de terror.
-Por favor, sólo has lo que te digo.

La muchacha lo obedeció, pero estaba asustada.

El ojo la siguió, moviéndose sigilosamente.
Entonces, todos supieron lo que el chico había visto.

-Es una sierpe dragón -dijo Eléndil, en voz baja.
-¿Una sierpe qué? -preguntó ella, mientras se volvía para mirar a su espalda. Cuando vio la criatura que tenía detrás, dio un gran grito, y salió corriendo; a igual que los demás.

Pero en esta ocasión, no les serviría de nada correr…

Una sierpe dragón era una serpiente gigantesca de color verde, que solía medir unos cincuenta metros de larga, por casi dos de ancha; pero que tenía la punta de la cola, de un dragón, y la cabeza se asemejaba a la de un cocodrilo. Tenía además, cuatro patas de lagarto, que le ayudaban a desplazarse, rapidísimo.


Al tiempo que monstruo los perseguía, movía los árboles del bosque, provocando un horrible estrépito y un enorme ruido, que parecía provenir de todas partes.

Justin preguntó a Eléndil:
-¿No puedes utilizar algo de tu magia, contra él?
-¡No creo! ¡Pero de todas formas, no tendría tiempo para pronunciar las palabras con la concentración adecuada! ¡Antes, me comería! -le respondió a gritos, el mago.
-Entonces… ¿qué podemos hacer? Nos está cogiendo.
-Seguir corriendo -le contestó Eléndil.

Justo, cuando la sierpe dragón estaba alcanzándolos, y a punto de comérselos… sin saber como, fueron rescatados con unas lianas, desde lo más alto de los árboles.
Mientras subían por ellas, vieron que una multitud de pequeñas flechas, volaban desde lo alto de los árboles, en dirección a la sierpe dragón. Sin embargo, aunque no le hicieron nada, no los siguió.

Cuando llegaron donde acababan las lianas, se encontraron con unos seres que parecían una mezcla de pequeños ositos y koalas; y con una civilización asentada en lo más alto de aquellos enormes árboles.

-Gracias por salvarnos -dijo Silvan, cuando se encontraron frente a aquellos seres.
-No importa. La sierpe dragón también es nuestra enemiga -habló un de ellos.
-¿Quiénes sois? -preguntó Éric.
-Somos eawoks. Se encontráis en Éawak.
-¿Por qué vivís aquí, en la copa de los árboles? -continuó preguntándole Éric.
-Es el único lugar al que no puede subir la sierpe dragón. Porque, las ramas de los árboles se lo impiden, ya que no cabe entre ellas. Hace tiempo que lo sabe. Por eso, ya ni se molesta en intentarlo.

El grupo se encontraba en una gran plataforma situada alrededor del tronco de uno de aquellos árboles. Las lianas, que salían de la copa de éstos quedaban al borde de la plataforma.
Justo al lado del tronco, en el centro de ésta, había una casa.
Todos los árboles tenían una con una casa. Así, vivían los eawoks.
-Por cierto, ¿cómo te llamas? -le preguntó Susan.
-Áhowa -respondió el éawok, que antes les habló.
-¿Queréis venir a ver a nuestro rey? -les preguntó Áhowa.
-Sí. Sería un honor -comentó Mialee.

A través, de unos puentes colgantes, hechos de madera y lianas, que unían unas plataformas con otras, llegaron hasta la casa del rey.

Áhowa le dijo:
-¡Hola papá!
-Hola hijo -lo saludó el rey.
-¡Pero, si eres el príncipe de los eawoks! -exclamó Tristan.
-Pasad dentro. Soy Shada.
-¡Hola! -saludaron todos.
-¿Y mi hermana? -le preguntó Áhowa a su padre.
-Ha salido un momento, a visitar a una amiga suya que está enferma.
-¿Qué está enferma? -preguntó Susan.
-Sí -respondió el rey.
-Láslandriel podría curarla. ¿Verdad Laslan?
-Bueno, podría intentarlo -respondió el ángel.
-Entonces, os llevaré donde se encuentra la princesa Dreiya.

Tras pasar de unos árboles a otros, al final, llegaron al lugar donde se encontraba ésta.
Entraron en una pequeña casa, y la encontraron junto a una cama, en la que se encontraba la amiga enferma que había venido a visitar. Además, se encontraban, muy preocupados, los padres de ésta, acompañándola.

-Hola hermana. ¿Qué tal se encuentra tu amiga?
-Hola hermano. Desde que enfermó está igual. No ha mejorado.
-Mira, he venido con unos amigos a los que rescatamos de la sierpe dragón. Dicen que tal vez puedan curarla.
-¿Es cierto eso que dice mi hermano? -preguntó Dreiya, que había perdido casi toda la esperanza.
-Déjame verla. Si puedo, la curaré -dijo Láslandriel.



El ángel, entonces, se situó junto a la cama, y comprobó el estado de la éawok. Luego, puso una de sus manos sobre el pecho de la enferma, y la otra sobre su frente. Momentos después, la muchacha éawok comenzó a abrir los ojos.
Dreiya y los padres de la muchacha, no cabían en sí de alegría. Así, que le agradecieron enormemente que la hubiera sanado.


Horas después, la muchacha estaba totalmente restablecida. Debido a ello, los eawoks prepararon una gran comida para agradecérselo al grupo. Pero, no tenían nada que agradecerle. Ya que ellos antes, los habían rescatado de acabar en el estomago de la sierpe dragón.


Momentos después, todos reían y disfrutaban de la comida. Pero, no tardó en llegar la noche, de modo, que se retiraron a dormir. Aquella sería la última que podrían descansar; pues no podían perder más tiempo. Debían hallar la piedra verde antes que sus enemigos, y ayudar a Longoria en la batalla que se produciría.



A la mañana siguiente, todos estaban descansados y con las energías renovadas. Debían partir de inmediato, sin embargo, les gustaría haber pasado algún tiempo más allí. Los eawoks eran muy amigables y generosos.
El haber vivido en lo alto de los árboles, había sido una experiencia que no les había ocurrido antes. Sólo los dos elfos, vivían de forma parecida.
Así que, con mucha pena, se despidieron de los eawoks y prosiguieron su viaje, por el bosque de draconia.

6 comentarios:

  1. ¡Hola! No sé por qué, pero esos eawoks se parecen bastante a los Ewoks de Star Wars, o serán impresiones mías, je, je, je. Me gustó mucho la sierpe dragón, me pareció más amenazante que el dragón rojo... aunque lo mejor sería no toparse con las dos bestias, je, je, je.

    ¡Saludos!

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    1. Sí son los mismos, también los que salen en los dibujos de dragones y mazmorras y en la película de los ewoks. Y los mios se llaman ewoks también, es su pueblo el que se llama Eawak.
      Sí llevas razón, solo que no vuela y no escupe fuego.
      Saludos.

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  2. ¡Por favor, Eawoks, son monísimos! (también he encontrado la similitud con los ewoks, jaja, por eso sé que son monísimos). ¡Quiero uno!
    Yo... me imaginaba a los dragones más simpáticos, no sé, será la influencia de Yandrak... y odio las serpientes, así que puedes suponer qué pienso de la sierpe dragón.
    Susan ha llamado a Laslandriel "Laslan"... qué monada :)
    Saludos.

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    1. Verdad que sí.
      Los dragones los hay de todo tipo, pero por lo general son algo más fieros.
      Jajaja Esa era mi intención que diera miedo y asco.
      Laslan, me gustó mucho como sonaba así que como ya tienen más confianza lo llaman más veces así de ahora en adelante.
      Saludos.

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  3. ¡Hola!
    ¡Vaya, esta vez has metido a los ewoks! Qué pueblo más chulo :)
    Me ha gustado mucho la parte de la serpiente, pero más aún la del dragón rojo, qué malvado! Jugando con ellos... Aunque he de decir que me hubiera gustado ver un dragón así, y encima rojo. Fascinante!
    Chico, me encanta esa imaginación que tienes para los nombres y las criaturas. La descripción de la serpiente la hace impresionante y terrorífica, casi como el basilisco, pero mil veces peor!!
    Gran trabajo.
    ¡Nos leemos en la próxima! ;) Dulces sueños ^^

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    1. Parece que he triunfado al incluir a los famosos ewoks.
      He intentado meter un poco de acción con el dragón rojo y con la sierpe-dragón. Además son muy chulos.
      Gracias. Eso, los nombres, las criaturas, las razas y la creación de mundos son las cualidades más destacan de mi literatura. Me siento orgulloso de ello. Pero con el tiempo me gustaría mejorar la expresión, las tramas, y sobretodo, los personajes, en mis próximos libros.
      Nos leemos. Igualmente.

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